jueves, 10 de julio de 2014

REACCIONES DE LA VIDA COTIDIANA "FERTILIZANTES QUIMICOS"

Fertilizantes químicos.

Para alimentar una población mundial en rápido crecimientos es preciso que los agricultores logren cosechas cada más grandes y saludables. Cada año agregan cientos de millones de toneladas de fertilizantes químicos al suelo para incrementar la calidad de los cultivos y la producción. Además del dióxido de carbono y agua, las plantas necesitan al menos seis elementos para su crecimiento satisfactorio. Estos elementos son N, P,K, Ca, S y Mg.


   


Los fertilizantes de nitrógeno contienen sales de nitratos (NO3), sales de amonio (NH4) y otros compuestos. Las plantas pueden absorber directamente el nitrógeno en forma de nitrato, pero las sales de amonio y el amoniaco (NH3) deben convertirse primero en nitratos mediante la acción de las bacterias presentes en el suelo. La principal materias prima de los fertilizantes de nitrógeno es el amoniaco, producto de la reacción entre el hidrógeno y el nitrógeno:


3H2(g) + N2(g)                             2NH3(g)




El amoniaco en forma líquida se puede aplicar directamente en el suelo.
Por otro lado el amoníaco se puede convertir en nitrato de amonio, NH4NO3, sulfato de amonio (NH4)2HPO4, de acuerdo con las siguientes reacciones ácido-base:

NH3(ac)  +  HNO3(ac)                                NH4NO3(ac)

2NH3(ac) + H2SO4(ac)                              (NH4)2SO4(ac)

2NH3(ac) + H3PO4(ac)                             (NH4)2HPO4(ac)

El NH4NO3 es el fertilizante con nitrógeno más importante en el mundo, aunque el amoniaco tenga el porcentaje de nitrógeno en masa más alto.
     


Referencia: Chang Raymond, Goldsby Kenneth. Química. Pag.105

LAS REACCIONES EN LA VIDA COTIDIANA

Reacciones químicas en la vida cotidiana. 

Evelyn del Orbe. 




Casi todos los alimentos que consumimos (carne, pescado, verduras, frutas, etc.), son sustancias orgánicas derivadas de animales o plantas. 

Una vez separadas del organismo de origen comienzan a descomponerse por la acción de microorganismos que provocan reacciones de oxidación rápidas, como por ejemplo: la carne se pudre, la mantequilla se arrancia, etc.). 

Por tanto, es necesario disminuir la velocidad de estas reacciones, y para ello se conservan los alimentos a baja temperatura. En el refrigerador, donde la temperatura es de aproximadamente 25°C, se preservan por algunos días únicamente; en cambio en el congelador, estas reacciones prácticamente se bloquean y algunos alimentos se conservan varios meses.

La cocción de los alimentos es otra reacción química que se hace en agua para evitar que se carbonicen. El tiempo de cocción se reduce conforme la temperatura aumenta. 

Como en circunstancias normales la temperatura no puede pasar de 100°C, se recurre a cocinar en una olla a presión, donde se alcanzan temperaturas del orden de 120°C, gracias a que la presión en el interior puede llegar a 2 atmósferas. Así, las reacciones químicas propias de la cocción se aceleran y el tiempo puede reducirse considerablemente.

Otra reacción muy común es la que se produce al quemar la madera o el carbón, en la cual además de dióxido de carbono y agua, es inevitable que produzca también monóxido de carbono, muy tóxico. 

A partir de los 700 °C, el monóxido se descompone en carbón (hollín), y dióxido:
 2CO →  CO2 + C

Por debajo de 400ºC, la velocidad de esta reacción es casi nula. Por ello debe evitarse que los gases desprendidos se enfríen bruscamente, ya que bloquearían esta descomposición. Por el contrario, en una chimenea se logra un enfriamiento progresivo que permite la reacción de descomposición. Con ello se evita arrojar un importante volumen de CO a la atmósfera.


  • Otra aplicación de las reacciones químicas es en el proceso de revelado, el cual conduce a la obtención del negativo. Cuando el proceso es en blanco y negro, consiste en eliminar el bromuro de plata no impresionado por la luz (partes oscuras de la imagen y claras del negativo) y que queda sobre la película. Para ello, se sumerge la película en un baño de una solución de tiosulfato de sodio (hiposulfito), donde se efectúa una reacción lenta cuyos productos quedan en la solución:

AgBr(S)     +     Na2S2O3(aq)    →      AgS2O3(aq)     +     NaBr(s)





Esta reacción de revelado es muy sensible a las variaciones de temperatura. Si el baño está a 25°C, se recomienda 1 minuto para el revelado; a 20°C, se requieren 4 min, y a 15°C, 10 min.

En las zonas de la película sobre las que incide la luz en el momento de tomar la fotografía, la sal se convierte en plata metálica y queda formando las zonas oscuras del negativo.

El oxígeno del aire oxida a casi todas las sustancias con las que entra en contacto, por ejemplo, los tambos expuestos a la intemperie.